Dispensación en farmacia

Cuando hablamos de servicios profesionales farmacéuticos a veces pensamos en procesos muy especializados como la formulación magistral o la detección precoz de algunas enfermedades, o prolongados en el tiempo como el seguimiento farmacoterapéutico o el asesoramiento nutricional. Sin embargo, tendemos a olvidar el servicio más básico y esencial que se vincula a la actividad de…

Cuando hablamos de servicios profesionales farmacéuticos a veces pensamos en procesos muy especializados como la formulación magistral o la detección precoz de algunas enfermedades, o prolongados en el tiempo como el seguimiento farmacoterapéutico o el asesoramiento nutricional. Sin embargo, tendemos a olvidar el servicio más básico y esencial que se vincula a la actividad de una farmacia comunitaria: la dispensación farmacéutica.

Como señala el Colegio Oficial de Farmacéuticos en un reciente vídeo de su canal de Youtube, «el farmacéutico no vende medicamentos, sino que los dispensa». Y es que la dispensación no es un proceso de venta, sino un servicio de salud. La Guía Práctica para los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales actualizada recientemente por el Foro de AF-FC, define la dispensación como el servicio «encaminado a garantizar, tras una evaluación individual, que los pacientes reciban y utilicen los medicamentos de forma adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis precisas según sus requerimientos individuales, durante el periodo de tiempo adecuado, con la información para su correcto uso y de acuerdo con la normativa vigente».

La dispensación como servicio profesional farmacéutico

La dispensación farmacéutica es un proceso científico en el que el conocimiento farmacéutico juega un papel clave para asegurar que el paciente reciba y comprenda la información esencial sobre el producto (interacciones con otros fármacos, contraindicaciones, posibles problemas relacionadas con su mal uso…).

La dispensación puede iniciarse a partir de la receta electrónica o por la solicitud de un fármaco concreto por parte del paciente para tratar un problema de salud específico. En este segundo caso toma más relevancia el criterio del farmacéutico comunitario, que puede ofrecer un consejo sanitario, dar una indicación farmacéutica o estimar necesaria una derivación al médico.

El diálogo con el paciente es clave en el proceso de dispensación, para conocer sus circunstancias, detectar posibles alergias, repasar con él la posología y las condiciones específicas de administración y conservación (de haberlas). Esta información es especialmente importante en caso de ventas por consejo.

La importancia de la receta médica

En la farmacia comunitaria se reciben muchas peticiones de medicamentos sin receta. Según un estudio del COF de Madrid, el 99% de las farmacias de la comunidad reciben solicitudes para dispensar antibióticos sin receta médica; en este caso, además del riesgo sanitario para el paciente, se suma la amenaza sanitaria de la resistencia bacteriana.

Por suerte, vemos nacer iniciativas para combatir este nocivo hábito y educar a la ciudadanía, como es el caso del COF de La Coruña que, sumado a los colegios oficiales de médicos, odontólogos y podólogos, ha puesto en marcha una campaña de concienciación sobre la importancia de la receta médica.

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